Centro de Estudios Wilhelm Reich

CENTRO DE ESTUDIOS WILHELM REICH. Buenos Aires. Argentina

martes, 27 de noviembre de 2012

lunes, 15 de octubre de 2012

Enfoque bioenergético (fragmento)




INTEGRACIÓN CUERPO, EMOCIÓN y MENTE: EL ENFOQUE BIOENERGÉTICO de A. Lowen

Antonio Núñez Partido
Universidad Pontificia Comillas
anup@upcomillas.es


RESUMEN
La terapia bioenergética es a la vez una forma de entender la personalidad humana en función de los procesos energéticos del cuerpo y una forma de psicoterapia. También conocida como análisis bioenergético, fue desarrollada por Alexander Lowen, discípulo de Wilhelm Reich.
No tenemos cuerpo, sino que somos cuerpo y es en éste, donde nuestros conflictos y bloqueos psicológicos van imprimiendo su huella y poco a poco, se va configurando nuestra coraza muscular en función de nuestras vivencias. Esta coraza de alguna forma distorsiona el flujo de energía vital. El terapeuta provoca con ejercicios físicos a sus pacientes para que surjan las emociones reprimidas, registradas en el cuerpo como tensiones musculares. Para esto trabaja con sus manos sobre los músculos contraídos, prescribe posiciones estresantes y movimientos expresivos a la vez que pide al paciente que se abandone a las emociones que emergen.
El objetivo es ayudar al individuo a gozar al máximo de las funciones básicas del cuerpo: respiración, movimientos, auto expresión, sexualidad, sentimientos y emociones.

“Si eres cuerpo vivo nadie puede decirte cómo has de sentir el mundo. Y nadie puede decirte qué es la verdad,pues tú mismo la sentirás. El cuerpo no miente”
S. Keleman

1. Breve Reseña Histórica
El método desarrollado por Alexander Lowen, tiene sus raíces y sus antecedentes históricos en las teorías de Freud, Jung, y por supuesto de Wilhelm Reich, discípulo de Freud y maestro de Lowen.
Comenzó trabajando y estudiando con Reich en Nueva York, y continuó su formación como médico y psiquiatra en Suiza. Al volver cinco años más tarde, su trayectoria profesional y personal se fue distanciando de Reich, siendo más crítico hacia su trabajo y evolución, asociándose entonces con otros ex - alumnos de Reich entre ellos con J. Pierrakos, con quien fundó en 1956 el Instituto de Análisis Bioenergético en Nueva York.
Reconoce lo positivo de la labor de Reich en su primer libro “Language of the body”, la importancia de su aportación a la psiquiatría y la influencia que ha tenido en sus teorías el estudio y las ideas que le trasmitió sobre la energía, entre otras.

2. Hipótesis Bioenergéticas
Podemos remontar este enfoque al mismo Freud, a sus nunca olvidados inicios psicofisiológicos, a su teoría psicoanalítica donde los traumas psíquicos se transfieren al mundo somático.1
1En los años veinte, los analistas confrontados con las resistencias de los pacientes, se preocupan de la eficacia del tratamiento. Ferenczi (1873-1933) sugiere que ciertas vivencias tempranas no se prestan a la rememoración y sólo pueden ser revividas tras unas Técnicas activas. Éste, en un primer tiempo, aumenta la rigidez de la regla Decir todo, no hacer nada, no intervenir para nada, para obligar al sujeto, a fuerza de frustración, a progresar. Luego cambia del todo y empieza a gratificar a sus pacientes con una A.

Wilhem Reich, discípulo fiel primero y luego díscolo, que siguiendo en un principio las instrucciones de Freud y superándolas después; escribió en 1930 “El Análisis del Carácter”. Donde propugna que las experiencias traumáticas y emocionales, en su somatización, configuran la estructura corporal de las personas además de su personalidad; dando origen a diversos tipos psicocorporales y por consiguiente un abordaje terapéutico más psicosomático2.
Esta tradición es recogida por Alexander Lowen en los Estados Unidos de Norteamérica que termina afirmando: No tenemos cuerpo sino que somos nuestro cuerpo (1956) y enunciando las siguientes hipótesis de trabajo.

3. el Cuerpo es la memorización y expresión de las experiencias vitales de las personas
3.1. Memorización:
Toda expresión física del cuerpo tiene un significado: la calidad de un apretón de manos, la postura, la mirada, el tono de la voz, la forma de moverse... Cuando estas expresiones han quedado fijadas y son habituales, podemos leer en ellas la historia de una experiencia pasada. Si la interacción con el medio fue difícil los patrones básicos corporales de movimiento y expresión serán menos espontáneos y libres, y, por lo tanto, menos satisfactorios.
Por ejemplo, si un niño teme que le regañen, le castiguen o le retiren el cariño por expresar su rabia, aprenderá pronto a suprimir este sentimiento. Para ello apretará la mandíbula y cerrará la boca y la garganta por dentro (tensionándola) . O retirara la energía de otras partes de su cuerpo (negando) o tensará ciertos grupos de músculos (castigándose, somatizando... ). O quizás ponga cara de buen chico tapando su sentimiento con la imagen de lo opuesto ( Mecanismo de Defensa ). Si esta experiencia se repite crónicamente su actitud quedará estructurada en su cuerpo, con el consiguiente efecto de atrapar su energía entre dos fuerzas contradictorias.

La Enfermedad psíquica conllevaría entonces somatizaciones simbólicas, por la inhibición de impulsos y emociones que generan tensiones musculares crónicas o agudas, trastornos de la respiración y ansiedad generalizada.
Cualquier limitación de la Movilidad Psicofísica es tanto resultado como causa de dificultades emocionales. Su origen proviene de conflictos no resueltos en la infancia, pero la persistencia de la tensión crea dificultades emocionales actuales que chocan con la exigencia de la realidad adulta y del presente. Toda rigidez física interfiere e impide una respuesta unitaria a las situaciones.
Cualquier restricción de la Respiración natural es, a la vez, resultado y causa de ansiedad. Lo primero que se altera en una persona ante un shock, susto o sufrimiento fuerte es la respiración. Si la situación generadora de ansiedad persiste durante un tiempo, el desarreglo de la respiración llega a estructurarse
actitud maternal, abiertamente cariñosa. Incluso ciertas tareas le eran impuestas al paciente, tales como tocar el piano, escribir ideas poéticas, ciertas prohibiciones, etc. Es más, llega a decir que “desde entonces aprendí que a veces es útil aconsejar ejercicios de relajación y que con esta clase de relajación la persona puede superar las inhibiciones psíquicas y las resistencias a la asociación”.No sólo importa el contenido del discurso, sino cómo éste se articula. Reich no se dedica sólo a escuchar, observa también la expresión del paciente, qué emociones fluyen, cuales están reprimidas, qué dice su cuerpo. En " El Análisis del Carácter " escribe: La palabra sirve a menudo de defensa: oculta el lenguaje expresivo de las profundidades biológicas.

en tensiones torácicas y diafragmáticas. La incapacidad para respirar libremente bajo estrés emocional constituye la base fisiológica para experimentar ansiedad en situaciones cargadas emocionalmente.
El Objetivo consistiría en: Aumentar el conocimiento de sí mismos, integrando sensaciones, sentimientos, emociones y procesos mentales racionales; conjugando su expresión a través del cuerpo con ejercicios físicos y la palabra.
Entonces el Proceso Terapéutico consiste en la toma de contacto con el cuerpo por sensaciones originadas con ejercicios expresivos corporales (rabia), sentimientos y emociones propiciadas por ellos que a su vez despiertan recuerdos (origen y significado de nuestros problemas) y análisis racionales del allá y entonces, de esos recuerdos que condicionan de alguna manera el Aquí y Ahora.
La Terapia bioenergética, por medio de movimientos especiales y de posiciones corporales, ayuda a recuperar la respiración y la movilidad naturales, liberándolas de las tensiones crónicas, que a la larga son la causa de muchos males, psicosomáticos y emocionales. A través de ello el paciente mejora su contacto con la realidad física. Y al mismo tiempo con la realidad psíquica e interpersonal. Ambos aspectos, físico y psíquico, deben ser tratados conjuntamente, puesto que son las dos caras del mismo proceso.
El cuerpo es la base para el funcionamiento en la realidad. Por lo tanto, cualquier mejora en el contacto con el mismo producía un cambio significativo para la persona en su auto imagen, en la calidad de sus sentimientos, en su creatividad y capacidad de trabajo, en sus relaciones interpersonales y en su disfrute de la vida.
3.2. Expresión:
Las distintas partes del cuerpo humano tienen un simbolismo según las funciones3 que desempeñan en su relación con las interacciones sociales, personales y con el entorno o la realidad.

4. Significado funcional: El lenguaje del Cuerpo
Sentidos: Ver, Oír, Hablar su uso nos conduce al control y contacto sobre el entorno, que es la función que habitualmente tienen, sus alteraciones se relacionan frecuentemente con autismo, amenaza, desconfianza y paranoidismo.
Pierna y Pies: Soporte, estabilidad, movimiento. Contacto con la tierra, la realidad. Nos permiten mantenernos erguidos, con lo que supone esto en nuestra carga filogénetica de cara a la relación social, de poder y dominio. Nos permiten el movimiento y la autonomía personal. Su disfuncionalidades apuntan a insatisfacciones en las áreas mencionadas
Pelvis: Micción y defecación relaciona su incapacidad con dependencias infantiles vergonzosas. Temor al descontrol o a la dependencia.
Genitales: Incapacidad sexual y de placer genital, privándonos no sólo de este último sino afectando también a la intimidad y calor afectivo de la relación sexual.
Pecho: Con él y los brazos, abrazamos, entramos en contacto más afectivo con los demás, en él, percibimos: sentimientos y emociones, ternura, pena, melancolía y vitalidad, su rigidez las difumina.
Corazón: Simbolizamos nuestros sentimientos respecto a la vida y el temor a la muerte.Función: Liberación de energía, homeostasis biológica y psicológica.
Espalda: Somatizamos y acusamos la tensión por la obligación o responsabilidad. De sus músculos arranca la fuerza de la agresividad y la voluntad. Su discapacidad puede hacernos sentir débiles y muy incapaces.
Brazos: Abrazos, contacto social, manejo de la realidad y la herramienta del golpe violento.
Manos: Utilizar herramientas, hacer cosas, acariciar. Su torpeza apunta hacia sentimientos de inutilidad.
Cuello: Control de lo que pasa a nuestro alrededor y sobre nosotros mismos (mareos).
Cara: Identidad, autoimagen, autoestima.
Cabeza: Control personal, raciocinio.

2. La energía según Alexander Lowen
Lowen, discípulo de Reich, coincide con su maestro en que el organismo humano es un sistema de energía abierto en el cual la energía puede aumentarse y disminuirse.
Para Lowen la energía no debe limitarse a lo sexual sino que debe concebirse como energía vital porque sirve para todas las necesidades del organismo: sexuales, motrices y sensoriales.
La energía debe estar anclada en dos polos: la cabeza y los genitales, y debe fluir igualmente a uno y otro polo partiendo de un punto en la región abdominal que los orientales llaman “hara”. Cuando la energía fluye más hacia uno de los polos habrá trastornos emocionales y actividades y conductas extremas.
El flujo de energía a lo largo del eje longitudinal (cabeza/genitales) puede estar obstaculizado por restricciones en distintas partes del cuerpo: ojos, boca, cuello, hombros, pecho, diafragma y cintura. Según estas obstaculizaciones el individuo desarrollará un carácter bioenergético determinado, a saber: esquizoide, oral, masoquista, psicópata y rígido.

3. El Carácter en Bioenergética
Reich describe el carácter como el modo habitual y fijo de reaccionar el individuo ante situaciones conflictivas parecidas a las que se le presentaron en la infancia, en la que el miedo al castigo u otras penas obligaron al niño a disminuir su respiración, tensar su musculatura y limitar su actividad interna y externa para evitar la ansiedad que la expresión libre de sus sentimientos le acarreaba.
Los impulsos biológicos de un niño quedan limitados y restringidos por la actitud de hostilidad, desaprobación, castigo o indiferencia de los padres y personas importantes. El pequeño reacciona según su constitución biológica, el impulso obstaculizado, la etapa de su desarrollo y el sexo y carácter de la persona que más le presiona.
Este es el origen de los llamados “mecanismos de defensa”, que sostienen estas actitudes mentales a través de una estructura somática, llamada “coraza muscular”. Ambas cosas, las actitudes mentales y la coraza muscular, constituyen el carácter o tipo bioenergético.
Tanto Lowen como Reich, explican el fenómeno de la represión por la contracción del organismo y el endurecimiento y rigidez de los músculos contraídos. Entonces, el soma con su energía limitada, tiene una influencia sobre la psique determinando, limitando o distorsionando las funciones psíquicas del individuo: las emociones, el pensamiento, las fantasías, las ilusiones y hasta los ideales del adulto, reforzando al mismo tiempo los mecanismos de defensa. Por contrapartida, le proviene al organismo de cierto equilibrio, aunque precario, de tal modo que el individuo siente menos ansiedad al reducirse el exceso de energía.
El carácter, que quedará inscrito en la estructura muscular de modo que para modificarlo no basta analizar intelectualmente los mecanismo de defensa, como planteaba Freud. Será preciso también relajar las tensiones crónicas de la coraza muscular.

 

lunes, 30 de julio de 2012

¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?


 Este año apareciò (en inglés) la cuarta parte de los documentos, cartas y papeles de Wilhelm Reich. Esta vez es el período que faltaba. Va desde 1948 a 1957 (año de la muerte de Reich)

El título aproximado sería ¿DÓNDE ESTÁ LA VERDAD?, una buena pregunta para entender ese período de su vida y obra en norteamérica
 
 

Where’s the Truth? is the fourth and final volume of Wilhelm Reich’s autobiographical writings, drawn from his diaries, letters, and laboratory notebooks. These writings reveal the details of the outrider scientist’s life—his joys and sorrows, his hopes and insecurities—and chronicle his experiments with what he called “orgone energy.”


A student of Freud’s and a prominent research physician in the early psychoanalytic movement, Reich immigrated to America in 1939 in flight from Nazism, and pursued research about orgone energy functions in the living organism and the atmosphere. Where’s the Truth? begins in January 1948, shortly after Reich became a target of the Federal Food and Drug Administration. He had already faced persecution by the U.S. government, having been mistaken by the State Department and the FBI for both a Communist and a Nazi. Starting in 1947, Reich was hounded by the FDA, which, in 1954, obtained an injunction by default against him that enabled it to burn six tons of his published books and research journals, and to ban the use of one of his most important experimental research tools—the orgone energy accumulator. Challenging the right of a court to judge basic scientific research, Reich was imprisoned in March 1957 and died in the U.S. Penitentiary in Lewisburg, Pennsylvania, eight months later.

The text gathered here shows Reich’s steadfast determination to protect his work

lunes, 2 de julio de 2012

domingo, 6 de mayo de 2012

EVA REICH

Eva Reich: "la ciencia oficial ha ignorado el trabajo de Wilhelm Reich"

Veintiún años después de que Wilhelm Reich muriera en una cárcel de EEUU, su hija Eva, psicoanalista, orgonterapeuta y pionera en la actualidad del «nacimiento sin violencia», llegaba a Valencia para dar a conocer la vida y obra del incómodo autor de La revolución sexual y Psicología de masas del fascismo. Aunque en la historia de la ciencia, en el campo de la psicología, sea considerado como una de las figuras equiparables a Freud o Laing, la difusión de sus libros hasta hace poco estaba prácticamente vetada en España. «Espero que sus libros sean traducidos al español y que se pueda conocer lo que él dijo y no lo que otros dicen que dijo.»

 
Eva Reich, sin más intermediarios, ofreció desde la tribuna del salón de actos de Medicina toda la obra de Reich en microfilm, siempre que existiera un aparato para su lectura. Esta donación, al parecer, pasará a la facultad de Económicas, donde podrán consultarse libremente las teorías reichianas, muchas de ellas en manuscritos.«Reich, en broma, decía: "He hecho algo, he desabrochado la cremallera de la humanidad". Intentó mirar a las personas en su núcleo más profundo, por debajo de las apariencias amables sociales. Y descubrió la energía orgánica que a finales de su vida analizó matemáticamente y llegó a aplicarla. Desde estudiante se preocupó por la energía de la líbido, por esa energía que hace que las personas se amen. Después de demostrar su existencia, trató que fuera aplicable a nivel práctico. Hacer todo esto en los años veinte, con el puritanismo inglés y Bismarck en Alemania, fue muy valiente. Una de sus obsesiones fue la existencia muy amplia de mujeres frígidas que llegaban al matrimonio sin prácticamente conocer el sexo. Así, el hecho de acceder a una sexualidad regularizada era muy violento para ellas. También defendió los derechos de los niños y jóvenes a tener deseos y sentimientos sexuales. Escribió diciendo que la masturbación no era un mal patológico, ni producía tuberculosis, sino que es una expresión normal de descarga de la energía del propio cuerpo. En aquella época a los niños se les pegaba si se tocaban los genitales. Tanto la masturbación como la sexualidad hay que desarrollarlas desde temprana edad.»
A finales de los años veinte Wilhelm Reich inicia un período de activismo político. Freud y Marx marcan las pautas de su trabajo. Crea una clínica de higiene sexual en Viena, pionera en la época, donde se práctica el control de la natalidad y mediante el aborto se ayuda a que las mujeres actúen libremente con sus emociones y deseos de amor. «Reich, al contrario que Freud, no creía en el principio de la muerte. También cambió las técnicas tradicionales del psicoanálisis al situarse en las sesiones frente al paciente -para que le viera, en lugar de detrás de su mirada- En los años treinta se trasladó a Berlín y organizó el Sex Pol, que tenía como objetivo la política sexual. El último manifiesto de esta organización data de 1936. En el mayo francés aparecieron de nuevo todos sus planteamientos, después que permanecieron en los países nórdicos a raíz del desmantelamiento de Hitler. Sus objetivos eran afirmar que las mujeres tienen derecho a su propio cuerpo, que los jóvenes tuvieran lugares adecuados para hacer el amor. Defendía a los homosexuales y se manifestó en contra de la monogamia por ley, ya que las relaciones sexuales llega un momento en que pierden interés. No es una casualidad que los países escandinavos vayan por delante en la revolución sexual, gracias a esta difusión del Sex Pol. En las escuelas se enseña educación sexual. La asistencia a la asignatura no es obligatoria. Lo obligatorio es que todas las escuelas den este curso.»
La siguiente etapa de su vida comienza con la formación de un laboratorio de energía en Oxford, donde analizaba sus variaciones en las sensaciones agradables y desagradables. Comprobó que las sensaciones tienen un potencial objetivo y que puede medirse el potencial eléctrico de la piel. Describió la bioenergía como energía vital de tipo eléctrico aunque más concreta que ésta y la magnética. Estudió también infusiones de hierbas en busca de amebas para experimentar su proceso de muerte y degeneración y luego de regeneración. Entonces afirmó que toda la energía se concentra en biones. Investigando con la ayuda de microscopios de 4.000 aumentos ópticos, rompió el principio de que toda célula procede de una célula, para establecer que puede proceder de la desintegración de biones.

Cáncer

La biotapia del cáncer y las aplicaciones prácticas del acumulador de energía orgónica y cloud-buster (rompe-nubes) constituyen tres temas destacados en sus últimos años. «El doctor Reich -prosigue explicando su hija Eva- estudió el cáncer como una contracción del sistema biológico de la persona. Es como si hubiese una debilidad del cuerpo durante toda la vida y, al final, éste se desintegra muriendo antes incluso de que el propio cuerpo muera físicamente. Los órganos se desintegran en forma de biones cuando la persona todavía vive. Así vio que era posible ayudar a estas personas recargándolas con energía o con alimentos no cocinados que tuvieran clorofila. El cáncer está realizando estragos. En Estados Unidos un 25% de la población está aquejada, es decir, uno de cada cuatro americanos tiene cáncer. Cada vez abundan más sustancias que lo producen, como las radiaciones nucleares, de las televisiones, fluorescentes, pesticidas, cigarrillos, etcétera. De todas formas, en este tema se desconoce lo que realmente aportó el doctor Reich, que son las características caractereológicas del canceroso. Es una persona resignada, hacia dentro, masoquista, poco activa sexualmente, como si tuviera un sufrimiento interior que le va comiendo.»Con el acumulador de energía orgánica Reich ayudaba a restaurar la energía en el organismo. No intentó curar el cáncer, porque sabía que no se podía combatir ni con el orgón ni con el bisturí, pero sí que alargó en bastantes meses los casos que tenían dos o tres semanas de vida, aplicando el acumulador. «Es como una cabina con una capa metálica que absorbe y repele la energía. En el centro entonces se produce una gran concentración de energía. Así se recarga a las personas que están bajas de energía. Con este aparato estoy experimentando más de veinte años.» En cuanto al rompe-nubes consiste en unos tubos metálicos agujereados, conectados con una corriente de agua. Al moverlos emiten vapor, energía orgónica muerta, que provoca lluvia no tormentosa, pero sí persistente y fina. En 1954 realizó los primeros experimentos en el desierto de Arizona. Eva le acompañaba. «De todas formas, su aplicación primaria no es provocar lluvia, sino refrescar la atmósfera, remover la energía orgónica muerta. Este es un trabajo que debería ser coordinado a nivel de todos los países mediante una cadena de cloud-busters conectados por emisoras de radio, como actualmente se hace con el tiempo meteorológico. La contaminación, la energía nuclear están haciendo desaparecer la energía orgónica, tal como predijo el doctor Reich. Ya no existe el tiempo combinado y suave, sino que los veranos son muy secos y el frío muy agudo.»
La última parte de la obra de Reich está secuestrada por el Gobierno de Estados Unidos, en la Universidad de Harvard. Su hija Eva inició un procedimiento legal para liberar estos papeles, que todavía no ha finalizado. Mientras tanto, puntos de su obra siguen oscuros. A ello hay que agregar la marginación de sus teorías que hicieron blanco contra los totalitarismos fascista y soviético. «La ciencia oficial ha ignorado el trabajo de Wilhelm Reich», afirma Eva, que está dedicando estos años al nacimiento sin violencia, «porque la psiquiatría del futuro es prevenir la neurosis en los niños. Un nacimiento violento, sin cuidar la acomodación al nuevo medio fuera del útero mediante masajes y adecuada temperatura, puede crear un trauma fuerte.» «El doctor Reich afirmó que el mundo de la persona era bueno, pero sus emociones estaban bloqueadas por la sociedad o por él mismo, formándose una extraña coraza. Comprobó con diversas sociedades y tribus que en aquellas en que la sexualidad no era libre se daba la violencia.»



sábado, 24 de marzo de 2012

domingo, 18 de marzo de 2012

El inicio de la revolución sexual


Wilhelm Reich: con él comenzó la revolución sexual

POR James M. Murphy

La revolución sexual fue un proyecto de la contracultura que proveyó no sólo algo más personal sino más duradero que la política en la que se prodigaba demasiada preocupación y dinero

(islingtongue.blogspot.com)
Los habitantes de Europa central de fin de siècle pensaban mucho en el sexo. Los clubes nudistas se multiplicaron para tratar la lujuria con la luz del sol, mientras que los sobrios médicos los envolvían en su taxonomía especializada para adecuarlos al resto del conocimiento humano. Psychopathia Sexualis (1886) de Richard Krafft-Ebing fue una obra muy leída, a pesar de que partes del libro fueron impresas en latín “para desalentar a los lectores legos”. Frühlings Erwachen de Frank Wedekind retrataba la angustia de la pubertad, mientras que Reigen de Arthur Schnitzler el patetismo de una noche en vela, al tiempo que Sex and Character (1903) de Otto Weininger, intrigó tanto a Wittgenstein como a Hitler (Freud lo odiaba) con su argumento de que la abstinencia sexual en los hombres (las mujeres eran incapaces de ello) representaba la división de la labor cultural entre los sexos (“El hombre posee un pene, pero la vagina posee a la mujer). Para el año 1900, y la publicación de su Interpretación de los sueños, Freud había ganado su cátedra y puso en práctica las ideas que colocó la naciente revolución sexual en su camino. Veinte años después, su tipo curia Sociedad Psicoanalítica de Viena atraía a una nueva generación de seguidores de la posguerra, entre ellos a un estudiante pobre de provincia: Wilhelm Reich.

Reich tenía una historia personal que provocaba que cualquier psicoanalista sacara su cuaderno de apuntes. Su desconcertantemente cándida autobiografía Pasión de juventud (publicado después de su muerte en 1957) habla de una precocidad sexual freak –a los cinco años escuchaba al personal de la casa haciendo el amor y tendría relaciones con la cocinera seis años más tarde, por no hablar de la escabrosa experimentación con los temas de su país encontrados en la granja de su padre en Bukovina. También hubo una tragedia familiar traumática: su padre lo forzó a confirmar las sospechas de que su querida madre tenía una aventura amorosa, después de lo cual tuvo dos intentos de suicidio, el segundo con éxito. Cuatro años en las trincheras de la Primera Guerra Mundial pudieron ser un alivio de la vida en la granja.

Psicoanálisis y marxismo
Wilhelm Reich (atlasobscura.com)
Tenía 22 años y todavía estaba en la escuela de medicina, cuando el círculo de Freud le dio la bienvenida. Pronto, Reich fue considerado como el más prometedor de los nuevos reclutas. Pero él no podía ignorar las revoluciones políticas que hervían en Europa Central después de la guerra. Se unió al Partido Comunista de Austria y más tarde al Alemán e hizo labor en la Asociación Alemana para las Políticas Sexuales Proletarias (Sexpol), con la esperanza de usar el psicoanálisis como un medio para cambiar a la sociedad más que una terapia para rescatar a los individuos neuróticos. En Berggasse 19, el hecho de que la vida mental fuera una construcción social, en vez de la inevitable lucha de una sexualidad infantil conflictuada, era visto como una herejía, un “fanatismo político”, como lo describió el biógrafo de Freud, Ernest Jones. Freud argumentaría más adelante en La civilización y sus descontentos (1930) que a lo mejor que podemos aspirar es a controlar la tensión creada por la energía libidinal: la neurosis no se cura por “vivir libremente” fuera de la sexualidad, el evangelio que Reich predicó el resto de su vida, en lo que Christopher Turner describe como un esfuerzo para “reconciliar el psicoanálisis y el marxismo”.
Pocas cosas en la vida demuestran el problema cuerpo-mente de forma tan interesante como la sexualidad, y Freud alguna vez especuló si la libido puede ser “de naturaleza eléctrica o compuesta por algunas sustancias químicas”, una variación de la idea de los humores que estaba presente desde Hipócrates. Por prudencia, tal vez, no llevó más adelante esas ideas: su modelo de mentalidad humana había sido cosificado para satisfacción de él y de sus colegas y había poco que ganar atrayendo el escrutinio de fisiólogos y neurólogos, con sus incansables exigencias de medición y verificación. Reich fue más temerario que su maestro, así como menos sutil, y sin duda tentado por la posibilidad de descubrimientos que pudieran eclipsar a los del propio Freud, y colocar al psicoanálisis en igualdad con otras especialidades médicas que se establecían año con año.

Intuición personal
Sigmund Freud (mythosandlogos.com)
Pero al igual que muchos visionarios, Reich no siempre pudo ver el mundo como otros lo hacían. Turner dibuja un paralelismo sutil entre la “máquina de influir” en la ilusión –la creencia en una fuerza externa manipuladora a menudo evocada en la enfermedad mental— y la propia cosificación de Reich de una energía sexual abstracta, y pregunta si el propio Reich había “cruzado la línea entre el genio y esquizofrenia que él mismo había definido”. Reich también trabajó bajo una pronunciada deformación profesional, de la cual, como suele ser el caso, no parecía darse cuenta. Había aprendido a confiar en la intuición personal como técnica de investigación, y para juzgar el valor de las conclusiones que estuvieran bien sustentadas con una hipótesis aprobada. Ernest Gellner observó, “La licencia cognitiva corrompe. El piensa que bien podría terminar con poca capacidad para distinguir entre tener una idea, tener una idea con un significado preciso, y conociendo que es verdad”.
La pregunta que Turner plantea aquí es la que todos nos hacemos: “¿Por qué una generación trata de perder sus represiones sexuales adentrándose en una cabina?”
Reich ciertamente pensó lo que él tenía: “Siento la mayoría de las cosas antes de comprenderlas realmente. Y lo más importante, las ‘intuiciones’ por lo general resultan ser correctas”. Esta confianza por parte de Reich parece haber borrado la línea entre la mayoría de la gente para reconocer lo ficticio y lo que puede llamarse lo fáctico: entre, por ejemplo, una memoria recobrada y el resultado de un análisis de sangre. Para empeorar las cosas, Turner señala que Reich no está calificado como fisiólogo y no estuvo dispuesto a escuchar los consejos de aquellos que se los daban. Mediante la conexión de los sujetos (figurativa y literalmente) a los voltímetros, él esperaba leer el lenguaje de la pasión en términos de electrodinámica. “El concepto de Freud de la libido”, declaró, “ya no es un ejemplo”. Sesiones maratónicas en el microscopio estudiando un puré de verduras lo convencieron de que observaba a los agitados cuantos de la energía orgásmica. Él los llamó Bions: otros los conocen como bacterias comunes.
Reich llamó a esta materia de vida (había sido un lector devoto de Bergson) Orgone, y pensó que, por ser imperceptible e inconmesurable, que entre más experimentaba uno los orgasmos superiores, cuanto más acercaba a la condición de “hombre genital”, libre de neurosis y mejorado, no en conflicto por la sexualidad. Debido a la “plaga” de la represión sexual, sin embargo, construimos una defensa somática (“armadura corporal”) que reduce nuestra receptividad al Orgone. Reich ideó una “terapia vegetativa” para hacer frente a ese tipo de defensa: ejercicios de respiración, abuso verbal y en ocasiones masajes dolorosos. Algunas personas dijeron que fueron ayudados por él.

Exiliado
Acumulador Orgone (flickr.com)
Es fácil reírse en la era de la Guerra de las galaxias de la ciencia que Reich produjo, así como el público alguna vez fue entretenido por los habitantes de Bedlam. Pero Turner tiene una historia seria que contar, parcialmente de la vida de su personaje, pero más aún del impacto que éste tuvo en su época. Sobre esa base, las dudas sobre la cordura de Reich, muchas de las cuales se expresan en su vida, son irrelevantes. Con sólo un raro lapso de uso sarcástico de las comillas, Turner nos ofrece un recuento directo, sin prejuicios, de la carrera de Reich pese a “los dispositivos cada vez más intrincados para combatir las fuerzas que conjuraban en su propia mente”.
Demasiado comunista para sus compañeros médicos, demasiado freudiano para los marxistas, Reich fue expulsado de ambos partidos comunistas, y se encontró a la defensiva en la Conferencia Internacional de la Asociación Psicoanalítica Internacional en Lucerna de 1934, cuando Anna Freud lanzó varias acusaciones contra él. (Las disputas doctrinales, que ocurrían frecuentemente en esos hervideros de egos carismáticos, se convirtieron en asuntos personales. Anna Freud analizaba en esos momentos a la ex esposa de Reich, Annie, y la animaba a que considerara a Reich un desequilibrado mental). A finales de los años 30, “él estaba exiliado en todas las formas posibles”, escribe Turner, rechazado en Noruega, Dinamarca y Suecia, portando un pasaporte alemán con un sello inútil: “Judío”; rechazado por dos partidos comunistas y su asociación profesional, divorciado y separado de su familia. Su único refugio fue Estados Unidos, donde finalmente terminó asentándose en los poblados bosques de Maine.
Ahí desarrolló el dispositivo que lo condujo a una duradera aunque inesperada celebridad y también a su desgracia final. El Acumulador Orgone –o Caja Orgone—, una variación de la caja de Faraday, una cabina sencilla lo suficientemente grande como para sentarse, construida de madera y metal, que presuntamente servía para atrapar y concentrar el Orgone mejora-vidas. Cientos de estos dispositivos terminaron en pisos pequeños del Greenwich Village y en los patios traseros de todo el país. Por difícil que resulte creer, Reich logró convencer al escéptico Einstein para, en conjunto, realizar experimentos que midieran las diferencias de temperatura alrededor y dentro de una caja de Orgone, lo que demostraría que algo se acumulaba en su interior. Los experimentos no encontraron nada: se perdieron varios días en la búsqueda de una teoría de campo unificada.

Escupir la manzana
(vishwawalking.ca)
El argumento de Turner es que, “a través de la historia de la caja de Reich es posible descomprimir la historia de cómo el sexo se convirtió en política en el siglo XX, y cómo se encontró con Hitler, Stalin y McCarthy en el camino”. Haciendo a un lado su incongruente agrupación de los villanos de la guerra y de la Guerra Fría, Turner tiene dificultades para persuadirnos de un vínculo entre el sexo y la política, aunque explora una amplia zona de la historia moderna en su intento. Las políticas de Occidente, al final, resultaron ser contrarrevolucionarias, incluso en el mediano plazo, empezando con la supresión de Stalin de la democracia de partido y culminando con el colapso del Estado soviético: la transformación de la sociedad en el tercer mundo y de la tecnología en el primero no fueron realmente políticas para Reich o sus seguidores.
Cualesquiera que sean sus limitados objetivos terapéuticos, sin embargo, las ideas de Freud y Reich (y de sus seguidores) no sólo medicaron sino de-moralizaron la sexualidad humana. Aquí, en efecto había una revolución, y Turner pisa terreno más firme cuando argumenta que Reich, “quizá más que ningún otro filósofo sexual, [dio] al entusiasmo erótico de los años 60 una justificación intelectual, y sentó las bases teóricas de esa época”. Con o sin una actividad sexual en aumento, sin duda la gente habló más del tema: el alguna vez innombrable apoyo de la industria editorial y la vida cotidiana se llenó con paisajes y sonidos de los juegos previos y post coitales, así como de lo que sucedía en el ínterin. “Sexy” se llenó de una docena de adjetivos y la música popular no tocaba otro tema (“No puedo obtener satisfacción”). Si un Betjeman hubiera nacido una generación más tarde, el arrepentimiento de su vida no hubiera sido “no suficiente sexo”; para Larkin, pudo no haber sido demasiado tarde. Como fuera, la esposa de cualquier persona o los funcionarios estaban ahora en situación de riesgo ante los libros de izquierda por toda la casa.
La pregunta que Turner plantea aquí es la que todos nos hacemos: “¿Por qué una generación trató de encubrir su represión sexual adentrándose en una cabina?” La respuesta, como él indica, es que la ciencia ficción de Reich tenía un poderoso mensaje de redención y persuasión, enraizado tanto en Rousseau como en Freud, que resonó en un mundo donde la represión y la opresión se habían convertido en conceptos intercambiables. El hombre “Genital” pudo por fin escupir la manzana de su boca, y con ella, el conocimiento del bien y del mal que había encontrado tan amargo e indigesto: Reich no ofrecía sólo una cura sino una epifanía. Sólo faltó “La filosofía Playboy” de Hugh Hefner para que nos diera hedonismo con cara de conejo, para intercambiar de la vida de la mente por el espasmo generador de vida.

Intelectuales inorgásmicos
(online.wsj.com)
Para Germaine Greer, la liberación a través del sexo, “algo loco” como ahora parece, alguna vez se pensó que al menos “valía la pena intentarlo”. Saul Bellow utilizó una caja Orgone como cubículo de lectura. Uno puede haber esperado algo de escepticismo en Norman Mailer, quien, después de todo, estudió ingeniería en la Universidad de Harvard, pero era dueño de varios acumuladores Orgone e inspiró su rastreo por cientos de habitaciones en Nueva York en busca del “orgasmo apocalíptico”. Mailer reconoció a Turner que la variedad trascendente siempre le había eludido, pero luego, para no dejar una impresión equivocada, añadió que, de cualquier forma, “los intelectuales nunca tuvieron buenos orgasmos”. Como Alfred Kazin en una ocasión observó, “la nueva revelación de Mailer fue que en realidad todo era cuestión de desempeñar el papel correcto”. Turner describe a muchos de los amigos de Mailer en el Greenwich Village como hombres derrotados de la izquierda, desesperados por la liberación a través de la política y persiguiéndola a través del sexo: “Las cocteles desnudos y orgías en las dunas que [Dwight] MacDonald presidía desde su retiro en Cape Cod… fueron, como él las veía, una forma de política”.
Fritz Perls, uno de los primeros analizados por Reich y él mismo un prominente analista, terminó como cofundador y gurú residente en Esalen, Big Sur, con una exuberante barba y vestido de manera apropiada, seguido por unos acólitos que Mailer, citando a Reich, denominó “Los rebeldes imperativos del yo”. Otros que vieron los beneficios de entrar al armario fueron Jack Kerouac, Allen Ginsberg y William S. Burroughs. La revolución sexual fue un proyecto de la contracultura que proveyó no sólo algo más personal sino más duradero que la política en la que se prodigaba demasiada preocupación y dinero. Reich fue sobriamente revisado en el connotado Journal of the American Medical Association y previsiblemente celebrado en el Nation. Todo el mundo aprendió que la auto-represión era el nuevo auto-abuso.
La credulidad humana es elástica, pero no infinita. El enemigo de Reich fue una hermosa modelo convertida en periodista llamada Mildred Edith Brady, cuyos artículos llamaron la atención de la Food and Drug Administration. La FDA estaba más preocupada por el fraude que con la moral y las pruebas por encargo de científicos independientes, con resultados predecibles. Las órdenes fueron atendidas y los acumuladores destruidos. Procesado por su negativa a destruir las cabinas, Reich condujo su propia defensa, que finalmente fracasó. Murió en su celda de un ataque al corazón antes de cumplir el año, mientras planeaba investigaciones ulteriores.

Christopher Turner. Adventures In the Orgasmatron. Wilhelm Reich and the Invention of Sex. 446pp. Fourth Estate.

Tomado de: The Times Literary Supplement. Enero 4, 2012.
Traducción y edición: José Luis Durán King.

miércoles, 1 de febrero de 2012

A.S. Neill , W. Reich y la Orgonomía por Matthew Appleton



Wilhelm Reich, A. S. Neill y la Orgonomía


Wilhelm Reich y Alexander Sutherland Neil



Wilhelm Reich, A. S. Neill y la Orgonomía

¿QUÉ ES LA ORGONOMÍA?

La Orgonomía es una ciencia. Es el estudio de la energía orgónica, descubierta por el psicoanalista y científico austriaco Wilhelm Reich, doctor en Medicina. La energía orgónica es la energía primordial de la cual surge toda la materia. Existe por todas partes, en todos los organismos vivos, en la atmósfera y en el cosmos entero. Como tal, es la fuerza de unión en toda la naturaleza. En muchas filosofías y culturas han existido teorías sobre este tipo de energía, pero Reich la estudió de manera científica y de su trabajo ha surgido la ciencia de la orgonomía. En el poco espacio que tengo aquí no puedo esperar hacerle justicia a la orgonomía o al trabajo de Reich, que abarcó treinta años, pero puedo empezar a hacer un bosquejo y señalar esperanzado su continuada importancia en el mundo actual.

En 1919, Reich era psicoanalista, alumno de Freud. Freud postuló una líbido, una energía sexual que, cuando se reprimía, provocaba la neurosis. Más tarde, bajo la presión social de la época, enfrentada al psicoanálisis, Freud se retractó de la “teoría de la líbido” y en su lugar invocó un “instinto de muerte”, que sugirió que era inherente al ser humano y estaba en la raíz de su comportamiento antisocial y destructivo. Reich refutó esto y continuó con la teoría de la líbido, creyendo que se trataba de una forma de bioelectricidad cuya existencia se podía probar, más que de una teoría abstracta a la que se le podía dar de lado cuando se volviera embarazosa para el sistema.

Entre 1934 y 1936, Reich dirigió una serie de experimentos por medio de los cuales registró variaciones en el potencial de la piel por medio de un oscilómetro, para ver cómo respondía a los estímulos placenteros y desagradables. Descubrió que el potencial aumentaba con las sensaciones placenteras y caía con las sensaciones desagradables o cuando había ansiedad. Estos experimentos probaron que el placer y la ansiedad eran las sensaciones subjetivas de una expansión y contracción bioeléctrica demostrable.

Al mismo tiempo, Reich continuaba con su trabajo psicoanalítico, no solo como profesional sino también como un ávido teórico, añadiendo varias innovaciones a la teoría y las técnicas del psicoanálisis. Fue el primer terapeuta en definir y poner en práctica un concienzudo análisis revolucionario. Esto significaba concentrarse no tanto en lo que decía el paciente sino en cómo lo decía, su carácter y cómo se resistía este a la revelación de sentimientos inconscientes reprimidos. Reich llamaba a su técnica analítica “análisis del carácter”, esbozando una propuesta para concienciar al paciente de la estructura caracterial y, de este modo, deshacerla. Puesto que la estructura caracterial servía para “acorazar” al paciente contra sensaciones y emociones que estaba reprimiendo o alejando de sí, Reich se refirió a ella como “coraza caracterial”.

Mientras trabajaba en la coraza caracterial, Reich se dio cuenta de que los cambios en el carácter estaban acompañados de cambios fisiológicos: una relajación de las tensiones musculares, una alteración de la postura y en el movimiento, que se volvía menos rígido y más natural y elegante. Al mismo tiempo que la coraza muscular comenzaba a relajarse, la respiración se volvía más profunda y se sentía en todo el cuerpo. Entonces aparecían movimientos involuntarios y espontáneos de los pies a la cabeza, que culminaban en lo que Reich llamó “el reflejo orgásmico”. El o la paciente estaba acostado de espaldas, con las rodillas subidas, la respiración libre y plena. La cabeza se inclinaría espontánemente hacia atrás, los hombros resbalaban hacia delante cuando el pecho y la barriga se hundían y la pelvis se levantaba del diván. Este cambio de posición sucedía en un movimiento completamente involuntario y en forma de onda, acompañando cada espiración. Fue llamado el “reflejo orgásmico”, ya que era el mismo movimiento que aparecía durante el orgasmo en las personas que eran “orgásmicamente potentes”.

Reich estaba interesado desde hacía mucho tiempo en la función del orgasmo y había escrito un libro sobre el tema en 1927, que no debe confundirse con la obra posterior del mismo nombre, publicada en 1942. Utilizó el término “potencia orgásmica” para designar la capacidad de entregarse completamente a los espasmos del orgasmo durante el acto sexual, que distinguió de una realización mecánica de los movimientos. Definió el orgasmo como un proceso en cuatro tiempos de tensión mecánica acompañada de carga bioeléctrica, seguida de descarga y relajación. La persona que se entregara completamente perdería toda conciencia de sí misma en el punto culminante de la convulsión orgásmica, fundiéndose con el placer del momento. Reich llamó a este proceso la “fórmula del orgasmo”: tensión-carga-descarga-relajación.

El descubrimiento del reflejo orgásmico y la fórmula del orgasmo lo llevó a hacer conjeturas sobre la naturaleza del ser humano como organismo y cómo es en comparación con otros organismos. Lo sorprendió la similaridad entre la convulsión orgásmica del organismo humano y los movimientos de ciertos protozoos vistos a través del microscopio. Se preguntó si la función del orgasmo estaría presente en toda materia viva. ¿Sería la fórmula del orgasmo común a todo ser vivo?

Sus preguntas lo llevaron al terreno de la biogénesis, los orígenes de la vida a partir de la materia inanimada. En una serie de experimentos, conocidos como los “experimentos biónicos”, Reich creó condiciones que producían espontáneamente los tiempos de tensión-carga-descarga-relajación de la fórmula del orgasmo. Mientras trabajaba en estos experimentos, en 1939 Reich descubrió accidentalmente los biones diminutos, formados a partir de la desintegración de materia tanto orgánica como inorgánica, y que posteriormente a menudo se transformaban en protozoos o bacterias. Estos “biones” emitían un tipo de energía que no parecía obedecer las leyes de ninguna energía conocida. Llamó a esta energía la “energía vital” o “energía orgónica”, nombre derivado de la fórmula del orgasmo, que había conducido a su descubrimiento.

Este fue el nacimiento de la orgonomía, energía que Freud había insinuado en su teoría de la líbido aunque nunca se atrevió a rastrearla hasta su raíz en el organismo. Era la bioenergía, la cual al principio Reich había tomado simplemente por una forma de bioelectricidad. Era esta energía la que descargaba el organismo a través del orgasmo, que, si se bloqueaba, se volvía reprimida, marchita, resignada o brutal, destructiva y resentida, literalmente “en contra de la vida”. Cuando se le permitía fluir de manera natural, la energía orgónica se podía expresar de muchas maneras: como ternura, contacto afectuoso o ira racional, dependiendo de la situación y siempre avanzando hacia la solución adecuada. Ahora los sentimientos podían entenderse como la conciencia subjetiva de la energía en movimiento.

Durante los siguientes años, los estudios de Reich sobre la vida a través del microscopio revelaron interpretaciones aún más amplias hasta que pronto se encontró estudiando el cielo, las estrella y el Cosmos en términos nuevos, orgonómicos. La energía que había descubierto en primer lugar en los experimentos biónicos, concluyó tras mucha más experimentación, estaba también presente en la atmósfera. Podía ser medida o demostrada visual y térmicamente con el electroscopio, el orgonoscopio y el contador Geiger (véase La biopatía del cáncer). La energía atmosférica se podía concentrar en un recipiente similar a una caja, conocido como el “acumulador de orgón”, el cual, se halló, ejercía efectos beneficiosos sobre un organismo enfermo o agotado. Reich estaba especialmente interesado en sus posibilidades en el tratamiento del cáncer. Experimentos subsiguientes mostraron una a menudo marcada mejora en la salud del paciente, acompañada de una reducción de los tumores. Sin embargo, Reich nunca afirmó que el acumulador constituyera una cura para el cáncer. Podía mejorar los síntomas, pero no podía tocar la causa subyacente.

Se hicieron otros experimentos con el orgón atmosférico, en particular el “experimento Oranur”. Reich estaba muy preocupado por el desarrollo de la energía nuclear y esperaba que la energía orgónica se pudiera usar para contrarrestar los efectos de la radiación. En enero de 1951 expuso un miligramo de radio a energía orgónica concentrada en su laboratorio, Orgonon, situado en Maine, EE.UU. El resultado fue devastador. En vez de sofocar la energía radiactiva, la energía orgónica se revolvió y los trabajadores de Orgonon cayeron enfermos. A esto lo siguieron nubarrones negros que se cernieron sobre Orgonon, un ennegrecimiento de las piedras en los alrededores y una quietud mortal en el ambiente. El orgón atmosférico había perdido su habitual naturaleza viva y chispeante y se había vuelto opresivo, viciado y nocivo. Reich llamó a este fenómeno “orgón mortal” (DOR). El ambiente estaba literalmente enfermo.

Reich comenzó a centrar su atención en el problema del DOR. Inventó un instrumento llamado “cloudbuster” (cazanubes), que extraía el DOR y estimulaba la vuelta a la vida del orgón. Se descubrió que el cloudbuster tenía una gran capacidad para incentivar la lluvia en áreas donde se había dado una sequía grave y prolongada. (Cuando había desertificación, había DOR.) Quedaba probado que el estudio de la energía orgónica era inmenso en sus implicaciones, no solo en el terreno de los asuntos humanos sino también en el funcionamiento de la naturaleza como un todo.

Si todo esto es cierto, entonces ¿por qué la humanidad no ha adoptado este conocimiento y lo ha usado para superarse? El proceso del pensamiento es, por supuesto, en sí mismo una función natural y estará distorsionado en la medida en que el funcionamiento del organismo como un todo esté dañado. Esto tiende a expresarse en un pensamiento o mecanicista (es decir, materialismo, objetividad, dogma científico, el físico) o místico (es decir, metafísica, subjetividad, dogma religioso, espiritualidad), cada uno dando lugar al otro y, sin embargo, cada uno separado del otro. Estos distintos senderos del pensamiento tienen ambos una raíz común en el funcionamiento natural y ambos constituyen aspectos de la verdad, pero aun así niegan la verdad en su totalidad. Reich afirmó que todo el mundo tenía razón en algún sentido y que saber en cuál era una cuestión de entendimiento. En el escenario del conflicto humano vemos que la verdad está literalmente enfrentada a sí misma en un enredo de distorsiones. Nos aferramos desesperadamente a la pequeña porción de verdad que hemos percibido y esto alimenta todo el despliegue de mentiras que crece a su alrededor.

Pronto la atención de Reich se vio dirigida al problema de la irracionalidad humana. Su trabajo tocaba asuntos tan profundamente emocionales que se encontró con resistencias en las reacciones del sistema psicoanalitíco y científico, al igual que había hallado resistencias en sus pacientes durante el análisis del carácter. A medida que iba teniendo más claro el funcionamiento de la energía orgónica usó el término “funcionalismo orgonómico” para describir el proceso de pensamiento racional que se origina en el funcionamiento natural. Todo pensamiento aparentemente antitético tiene, de hecho, un Principio Funcional Común (PFC) y el pensamiento funcional opera desde la base del PFC. Así, por ejemplo, en la investigación orgonómica, la subjetividad y la objetividad se unifican como una herramienta de entendimiento básica y funcional.

Hoy en día, los sistemas científico o social no reconocen la orgonomía más que cuando Reich hizo sus primeros descubrimientos. Muchos aspectos del trabajo de Reich que por entonces eran desdeñados han sido aceptados ahora e incorporados en varios campos de estudio, pero Reich ha tenido muy poco reconocimiento como pionero y todavía se hace caso omiso, sin un estudio serio, de la existencia de la energía orgónica como principo de funcionamiento común. Aun así, el amplio legado de Reich no está muerto; continúa un trabajo científico y terapéutico serio. La orgonomía no es un libro cerrado sino un portal siempre abierto hacia el entendimiento de los procesos de la vida. El trabajo de Reich no se ve afectado en cuanto que ha sido superado por conocimientos nuevos y más profundos sino en que sus implicaciones para la raza humana tienen tan gran alcance que si la humanidad alguna vez se pusiera a la altura sería en una generación futura, no en la nuestra.

A. S. NEILL Y REICH

“El educador del futuro hará sistemáticamente (no mecánicamente) lo que todo buen y genuino educador hace hoy en día. Sentirá las cualidades de la vida en el niño, reconocerá sus cualidades específicas y estimulará plenamente su desarrollo.”
Wilhelm Reich, El asesinato de Cristo

Durante toda su vida, Reich fue un apasionado abogado de los derechos de los bebés, niños y adolescentes, especialmente de su derecho a una vida sexual tal y como la decretaran sus propias necesidades. Usó el término “economía sexual” para referirse a la economía natural e interna de la bioenergía del organismo. El trastorno de esta economía energética durante los primeros años y la infancia, por medio de la desnudez y los tabús masturbatorios, junto con la enseñanza de los hábitos higiénicos y los horarios de comida, era el que instigaba el proceso de acorazamiento. Abogó por la “autorregulación” como una manera de criar a los niños. Esta no era una fórmula simple de aplicar, como tantas tendencias modernas en la crianza de los niños sino que dependía de que los padres les permitieran a los niños definir sus propias necesidades en el contexto de una relación fortalecedora y de apoyo que surgiera de un contacto profundo e instintivo. El problema estaba en el hecho de que las generaciones de padres ya habían perdido su habilidad para establecer y mantener un contacto profundo con la vida a través de los procesos de acorazamiento de su propia infancia y adolescencia. Por consiguiente, los mismo errores “en contra de la vida” se repetían una y otra vez en cada generación.

Cuando Reich aún era solo un estudiante de psicoanálisis junto a Freud a principios de los años 20, A. S. Neill ya había creado la escuela de Summerhill. Fundada en 1921, Summerhill aspiraba a seguir las necesidades del niño en vez de los dictados del adulto. La atención estaba en la vida emocional, no en la intelectual. La infancia debería estar centrada en el juego, anunció Neill. Si cuidabas de los sentimientos, el intelecto se cuidaría a sí mismo. La búsqueda natural de respuestas y el deseo de aprender en el momento apropiado llevarían al niño a aprender lo que necesitara cuando lo necesitara, al tiempo que le permitirían convertirse en una persona feliz y equilibrada.

Neill y Reich no se conocieron hasta 1937. Summerhill ya existía desde hacía dieciséis años y Reich era por entonces un exiliado de la Alemania nazi y trabajaba en Oslo. Neill recuerda el encuentro: “Me fui de viaje a dar conferencias en Escandinavia en 1937. Después de la charla, mi presidente de Oslo me dijo: ‘Anoche acudió a tu conferencia un hombre muy distinguido, el Dr. Wilhelm Reich’. Me quedé encantado, pues durante el viaje había leído su Massenpsychologie des Faschismus [Psicología de masas del fascismo]. Lo llamé por teléfono y me invitó a cenar. Nos quedamos hasta las primeras horas de la mañana. Le dije ‘Reich, eres el hombre al que he estado buscando durante años, el primero en relacionar lo somático con lo psicológico. ¿Puedo irme a estudiar contigo?’. Así que durante dos años pasé todas las vacaciones en Oslo. Fue maravilloso”.

Además de estudiar con Reich, Neill se sometió a terapia con él. Más tarde diría: “Tuve más reacciones emocionales en seis semanas que durante años de psicoanálisis”.

La amistad que surgió entre los dos hombres era cálida, cordial e imbuida de mutuo respeto. En una reseña de The Problem Family [La familia problemática] Reich escribió: “Un libro muy bueno escrito por un niño de 64 años; honesto, juguetón, sincero; lleno de amor por los niños”.

La escuela de Neill, que permitía a los niños crecer sin ser obstaculizados por la interferencia de los adultos, era un ejemplo vivo de las ideas de Reich sobre la autorregulación.

“¿Por qué debería entrar en la biología de los niños”, escribió, “si existen educadores de niños tan maravillosos como A. S. Neill?”.

Igualmente, el concepto de economía del sexo de Reich le proporcionó a Neill una base teórica a su propia noción de una educación que favoreciera la vida.

Cuando Europa se sumió en la Segunda Guerra Mundial, Reich huyó a Norteamérica para continuar su investigación. Neill no pudo visitar de nuevo a su amigo hasta después de la guerra, asistiendo al Primer Congreso Orgonómico Internacional en Orgonon. Reich escribió en su diario: “Varias horas de charla con Neill. Sigue siendo el mismo de siempre. Pude bromear con él y ser simple”.

Un año después, Neill volvió para la Segundo Congreso Orgonómico Internacional junto con su mujer, Ena, y su hija, Zoe, y se quedó un mes. Reich tenía un hijo pequeño, Peter, y los dos hombres intercambiaron esperanzas y observaciones sobre sus hijos. Ambos estaban preocupados por la difícil situación del mundo y la amenaza que representaban las armas nucleares.

“Estoy convencido de que la única esperanza”, escribió Reich, “es el establecimiento de la racionalidad en los niños y adolescentes”.

La humanidad estaba enferma. Incapaz de manejar la libertad, continuamente tendía hacia el autoritarismo, la oposición y la guerra como liberación violenta de, o huida de, la energía vital reprimida, que era incapaz de encontrar salida plena y satisfactoria en la convulsión orgásmica del “abrazo genital”.

Reich habló de los “niños del futuro”, incluyendo todo el potencial natural que traía al mundo cada recién nacido y al que, esperaba, se le permitiría desarrollarse libremente un día. Usó la metáfora del “asesinato de Cristo” para describir la matanza de ese potencial a través del maltrato del bebé y la incapacidad de una humanidad acorazada de tolerar los movimientos naturales y elegantes de la vida sin coraza. Para Reich, Cristo no era una figura mística y lejana sino un símbolo de la vida plenamente vivida; el principio de vida encarnado en todo recién nacido. La crucifixión no siempre venía en forma de cruz sino en forma de estructuras congeladas que los niños se veían forzados a adoptar para sobrevivir en un mundo que no los reconocía. En este sentido, todos somos Cristos crucificados.

Dos años después del segundo congreso orgonómico, Neill solicitó una visa para visitar de nuevo a Reich, pero su petición fue rechazada sin explicación. Por esa época, Norteamérica estaba en las garras de la era McCarthy y a cualquier sospechoso de simpatizar con el comunismo se le prohibía la entrada. Neill no era comunista ni mucho menos, pero a veces hacía referencia al comunismo en sus libros, que eran algo vagos y abiertos a la malinterpretación si existía el deseo de encontrar a un “rojo” clandestino. Aunque en aquella época no lo sabían, Reich y Neill no se verían nunca más y su amistad seguiría desde entonces únicamente a través del correo. Estas cartas, Record of a Friendship – The Correspondence of Wilhelm Reich and A. S. Neill [Testimonio de una amistad – La correspondencia de Wilhelm Reich y A. S Neill], son un testimonio profundamente conmovedor de los lazos entre los dos hombres, cada uno a su manera aislado y solitario, luchando por manifestar su visión en un mundo en su mayor parte indiferente y a menudo realmente hostil. Neill siempre estaba atormentado por problemas financieros y llevar adelante Summerhill era una lucha constante. El trabajo de Reich a menudo se topaba con falta de entendimiento y difamaciones malintencionadas.

“Por favor, escribe más a menudo”, pide Reich. “Eres uno de los pocos con los que puedo hablar.”

Neill escribe: “En Orgonon, el hecho de ser uno de entre una multitud de gente que está a favor de la vida es suficiente para inspirar, pero aquí nunca me encuentro con nadie que tenga nada que dar; todos quieren que les dé a ellos. El resultado es que me agoto, estoy exhausto”.

Sin embargo, estos dos hombres no estaban simplemente dejándose llevar por la mutua admiración. Ambos eran extremadamente individualistas y su relación estuvo llena de peleas y malentendidos. Reich se enfadaría con Neill cuando este intentó conseguir el apoyo de personajes públicos para el trabajo de Reich: “No quiero que se le pida a nadie estar de acuerdo con mi trabajo. No quiero que intentes encontrar a alguien interesado en él”.

Neill tampoco tenía reparos en decir lo que pensaba. Después de una visita de la ex mujer de Reich, Ilse, y su hijo Peter, Neill, preocupado por el bienestar de Peter, le escribió a Reich: “Creo que has tenido que soportar a demasiadas personas temerosas de plantearte desafíos […]. Te he oído decir a menudo ‘Todos tenemos razón en algún sentido’. Pues yo te digo que también estamos todos equivocados en algún sentido. Te digo que estás equivocado sobre Peter. Parece demasiado ansioso. Creo que está intentando representar un papel […]”.

Durante los años 50, Reich estuvo bajo mucha presión. Una serie de artículos mal informados y difamadores había llevado a que la Administración de Medicinas y Alimentos gubernamental (FDA) investigara el trabajo de Reich, particularmente el acumulador de orgón. En 1954 se expidió un mandamiento judicial que prohibía la venta o alquiler de acumuladores. Reich había rechazado participar en los procedimientos judiciales y puso en duda las alegaciones de la FDA, arguyendo que un tribunal de justicia no era competente para juzgar asuntos científicos. En el invierno de 1954-55, mientras Reich estaba en Arizona investigando los cloudbusters, un joven infringió en Nueva York los términos del mandamiento judicial sin el conocimiento de Reich. Reich fue acusado de desacato al tribunal y condenado a dos años de prisión. La condena se pospuso, pendiente de apelación, y mientras tanto la FDA supervisó la destrucción y quema de acumuladores, revistas orgonómicas, folletos y libros. Las dificultades a las que se enfrentó Reich en esta época hicieron que muchos de sus amigos y compañeros se desvincularan de él. Por entonces casi se anticipaba a la traición y a pesar de que había aceptado muchas veces críticas de Neill, reaccionó de mala manera a sus comentarios sobre Peter. En 1956, Neill se enteró a través de un amigo común que ahora Reich ya no lo consideraba fiable. Fue un Neill profundamente entristecido quien escribió: “Así que nuestra larga amistad ha llegado a su fin porque tú no me consideras fiable”. La carta termina así: “Adiós, Reich, bendito seas”.

Reich, sin embargo, hizo caso omiso de esta despedida, pidiéndole a Neill que tuviera “paciencia, por favor, si guardo silencio o no te respondo enseguida. Estoy muy ocupado” y rogándole que no se preocupara.

Pero Neill estaba preocupado y se sentía impotente en la lejana Inglaterra, incapaz de ayudar a su amigo en momentos de necesidad.

“Reich, te quiero. No puedo soportar pensar en que te están castigando con una insensata condena de cárcel. […] El hecho es que se están ensañando contigo básicamente porque eres el primer hombre en siglos que ha predicado una postura a favor de la vida, porque eres el único hombre en reivindicar el derecho de los adolescentes a amar plenamente. Tu defensa en cualquier tribunal debería ser en mayúsculas ESTOY A FAVOR DE LA VIDA Y DEL AMOR.”

A primera vista puede parecer que la afirmación de Neill de que Reich estaba siendo castigado por abogar por los derechos de los adolescentes a una vida amorosa no venía al caso, pero considerada en el contexto de los artículos malintencionados que motivaron la campaña de la FDA y la persistente injusticia con que fue dirigida la campaña, la fuerza motivadora real subyacente está clara. Existía un hombre que, apartándose de lo establecido al defender el derecho vital a amar plenamente, estaba removiendo toda la frustración y rabia vital que estaba bloqueado el derecho más básico, más humano, más divino.

La apelación fue rechazada y el 11 de marzo de 1957, Reich comenzó su condena de cárcel. Menos de ocho meses más tarde, el 3 de noviembre, murió de un paro cardiaco en su celda. En una ocasión le había escrito a Neill: “He empezado a pensar seriamente que casi todas las enfermedades del corazón tienen su origen en un corazón roto”.

Más de una década después de la muerte de Reich, Neill escribe en su autobiografía Neill, Neill, Orange Peel [Neill, Neill, piel de naranja]: “No podía entender la teoría de la energía orgónica de Reich. Puede que exista, pero ¿qué puede uno hacer al respecto? Reich dijo que era visible, pero yo tenía un ojo ciego para ella. […] Nunca me interesó el trabajo posterior de Reich. Para mí siempre fue el gran hombre de sus primeros libros, revolución sexual, análisis del carácter, La función del orgasmo y la Psicología de masas del fascismo […]”.

Es muy superficial en su rechazo del trabajo orgonómico de Reich, admitiendo que quizás fuera “mi ignorancia de la ciencia de cualquier clase”, pero sin tratar de convencer al lector de que este es el origen principal de sus dudas. Este Neill es muy distinto del de años antes, quien, escribiéndole en 1948 a David Barton, ex alumno de Summerhill, decía: “Debo censurarte por tu actitud convencional hacia cosas que no entiendes. ¿Por qué burlarte de Reich si no sabes? Lo he visto hacer funcionar un motor con rayos cósmicos o lo que sea que es el orgón, y funcionaba sin necesidad de electricidad, pero si se estimulaba con 2 voltios subía a alrededor de 1000 revoluciones por minuto. Conocí a un médico que metía a los pacientes con cáncer en el acumulador y en 14 días el bulto en el pecho desaparecía aunque no aseguren que el cáncer esté curado de raíz. Así que ¿por qué burlarse, muchacho?”.

Así que ¿por qué ese cambio de actitud? Probablemente haya muchas razones, todas relacionadas e inseparables, cada una la sombra de una verdad y, aun así, en última instancia ninguna definible. Solo podemos hacer conjeturas. Vale la pena, sin embargo, tener en cuenta la verdadera inmensidad de los descubrimientos de Reich y sus implicaciones de largo alcance para la humanidad. Quizás, sin Reich alrededor para discutir y pelear con él, para infundirle integridad y entusiasmo a su trabajo, Neill no pudo seguir centrando la atención en los increíbles horizontes que había abierto la orgonomía. Con su propia batalla para mantener viva Summerhill a pesar de la falta de dinero y la presión de las inspecciones educativas, alcanzado por la vejez y rodeado de tanta gente que obtenía un placer cínico al intentar enterrar la orgonomía junto con Reich, no es de extrañar que Neill comenzara a dudar de aquello para lo que antes había estado tan receptivo. Como en una ocasión le escribió a Reich: “Si nunca hubiera oído hablar de Reich y hubiera leido la CORE [la revista orgonómica de Reich] por primera vez, habría considerado que el autor o estaba loco o era el mayor descubridor de la época. Puesto que sé que no estás loco, tengo que aceptar la solución alternativa”.

EL QUINTO CONGRESO ORGONÓMICO INTERNACIONAL

El quinto congreso orgonómico internacional se celebró entre el 15 y el 18 de junio de 1990 en el Acropolis en Niza, organizado por el Dr. Giuseppe Cammarella, orgonomista médico, con el auspicio del American College of Orgonomy [Escuela Americana de Orgonomía]. Las tres primeras conferencias orgonómicas habían tenido lugar en Orgonon cuando Reich todavía estaba vivo. La última, en 1984, en Múnich. Desde la muerte de Neill no había existido ningún vínculo real entre Summerhill y los que continuaban trabajando en la orgonomía. De modo que, cuando salí de Leiston hacia Niza, tuve la sensación de estar siguiendo una ruta histórica, igual que uno debe sentirse al seguir la ruta trazada por cualquier gran pionero, un Colón o un Livingstone. Había estado interesado en el trabajo de Reich durante muchos años y los lazos entre Summerhill y la orgonomía me parecían sumamente valiosos. Estaba un tanto sobrecogido por la perspectiva de representar a Summerhill, ya que mi sensación acerca de la escuela es que su significado no se puede expresar adecuadamente en palabras sino que es más fácilmente perceptible en la dinámica de las relaciones diarias: la soltura del movimiento y la profundidad del contacto. También eran sobrecogedores los rumores que había oído sobre el estado de la orgonomía desde la muerte de Reich: que la rigidez y la reacción se habían asentado como el rígor mortis en esta ciencia, la más viva de todas.

Todo lo que puedo decir es que durante el congreso fui acogido calurosa y gentilmente y con un espíritu de apertura que me conmovió profundamente. En el aeropuerto se reunieron conmigo el Dr. Cammarella y su mujer, Mme. Maria Gamaleia, junto con Peter Robbins, otro de los ponentes. Mis primeras impresiones me tranquilizaron enseguida. Durante el congreso, el Dr. Camarella y Mme. Gamaleia me transmitieron una reconfortante hospitalidad y Peter Robbins demostró ser un compañero de lo más agradable y alentador. Antes de que comenzara el congreso tuve un día libre, que empleé en su mayor parte en explorar la Niza antigua y en nadar en el Mediterráneo; un poco de choque cultural después de la brusca estridencia de mis niños de Summerhill.

El congreso comenzó con una perspectiva global de la orgonomía; su creación, el ensayo de Reich y un informe de las investigaciones recientes de los archivos de la FDA sobre el caso. Esto estableció el contexto para el congreso. Durante los próximos días se airearían todas las áreas principales de la investigación orgonómica: biología, física, astrofísica, psiquiatría, educación y crianza. Casi todos los demás ponentes eran o doctores o catedráticos, y aquí yo únicamente estaba armado con un puñado de anécdotas sobre Summerhill y la fuerza de mi fe en la escuela. Sin embargo, mientras escuchaba a un ponente tras otro me sentí más y más a gusto, pues aunque se estaba presentando una extensa selección de temas de muchas formas distintas, me parecía que la base subyacente formaba una totalidad mucho más profunda y comprensiva de la que jamás había experimentado antes y las anéctodas de cómo un “puñado de chavales” llevaba su propia escuela en Suffolk tenían la misma cabida en la programación de las cosas que la extensa conferencia sobre la formación de las galaxias.

En el congreso quedaba claro que la ciencia que Reich había dado a luz no había muerto con él sino que seguía desarrollándose y expandiéndose. El profesor James DeMeo, director del Laboratorio de Investigación Biofísica del Orgón, presentó los resultados de las operaciones con el cloudbuster, que ha estado dirigiendo en EE.UU. durante los últimos diez años. En el ochenta por ciento de los casos, el cloudbuster había logrado resultados positivos en grandes áreas, a veces provocando espectaculares aumentos en las precipitaciones en zonas que padecían sequía. En otra conferencia presentó pruebas extraordinarias para sugerir que el acorazamiento humano se había originado como respuesta a la repentina desertificación en y en torno a Oriente Medio, ocasionada por cambios climáticos en el pasado. Se citaron fechas específicas y hallazgos arqueológicos junto con pruebas arqueológicas/antropológicas que indicaban las vías por las que las actitudes partriarcales, belicosas, llenas de tabús sexuales, y la subyugación de las mujeres y los niños provenían de esta área/este periodo.

El interés de Reich por los objetos voladores no identificados fue revelado por Peter Robbins, de EE.UU., que, después de un “encuentro” en su propia juventud, emprendió serios estudios sobre el fenómeno de muchos años de duración. Después de que Reich apuntara un cloudbuster hacia varios ovnis sobre Orgonon y estos desaparecieran, comenzó a preguntarse a sí mismo si podía ser que estas máquinas voladoras estuvieran impulsadas por energía orgónica. Más pruebas determinarían si este era el caso. Peter Robbins se puso a la tarea de confirmar la hipótesis con una serie de documentos del gobierno estadounidense, que el Acto para la Libertad de Información había hecho públicos recientemente. Al igual que muchos de los ponentes del congreso, Peter Robbins presentó unas ideas que a primera vista podían parecer muy extravagantes, pero que en verdad no tenían nada de suposiciones sensacionalistas y descabelladas sino que se basaban en una investigación meticulosa, una cuidadosa observación y que estaban respaldadas por la integridad personal.

El congreso no solo ocupó la cabeza sino también el plexo solar. El equipo de traductores, sentado en una cabina de cristal a un lado, mencionaría luego la atención del público, algo que no había observado nunca antes durante un periodo tan prologando. La carga emocional de la sala de conferencias fue intensa mientras se perfilaban las muchas facetas de la orgonomía. El Dr. Blasband, presidente de la Escuela Americana de Orgonomía, mostró una película de los biones, los diminutos vestigios de la energía orgónica, que tendían un puente sobre el hueco entre lo inanimado y los seres vivos. Fue tan bonito como sobrecogedoramente inspirador. También expuso el efecto del DOR y el oranur en la atmósfera hoy en día, una conferencia que me hizo sentir agotado y entristecido. Hubo un taller sobre la terapia orgónica, con cuidadosas advertencias para evitar a los “reichianos”, que que no estaban adecuadamente formados y no entendían del todo las fuerzas con las que estaban tratando. El acorazamiento debía tratarse con respeto, no simplemente quebrarse para conseguir un resultado inmediato. Los efectos de estos escarceos eran a menudo desastrosos. Al igual que la psiquiatría orgónica, se discutió también la orgonomía médica; el tratamiento del cáncer, del sida y otras enfermedades degenerativas, cada una con raíz en el trastorno de la bioenergía.

Los debates sobre la infancia y la educación comenzaron con una ponencia del Dr. Michel Odent, un pionero en las nuevas aproximaciones al parto y la obstetricia. Reich había escrito: “No hay manera de cambiar a la gente de raíz una vez han desarrollado la estructura caracterial equivocada. No puedes hacer que un árbol torcido vuelva a estar recto. Por lo tanto, vamos a concentrarnos en los recién nacidos y desviar la atención humana de políticas equivocadas para dirigirla hacia el niño”.

Aunque en realidad el Dr. Odent no está trabajando en el campo de la orgonomía, su trabajo sitúa en paralelo las observaciones de Reich en esta área y ha llevado a muchas conclusiones de interés para aquellos implicados en la orgonomía. Sus comparaciones entre los partos convencionales y sus propios métodos, provenientes de años de experiencia e investigación, causaban sobresalto. Por un lado, el entorno y la naturaleza mecánica del parto minan y perturban las necesidades de la madre y el bebé. Por otro, una atmósfera de intimidad y apoyo no intrusivo fomenta el contacto pleno entre la madre y el bebé, creando las condiciones que satisfacen las expectativas inherentes de ambas partes. La base del bienestar futuro, argumentó Odent, al igual que hizo Reich, están en el establecimiento de este contacto inicial. Al Dr. Odent lo siguió el Dr. Cammarella, que habló de los ritmos biológicos de la infancia y de la necesidad de los niños de poder expresarse en movimientos espontáneos y de ejercitar su autonomía en la vida diaria. Solo desde esta base bioenergética de la salud podría el niño conservar su integridad y creatividad básica. Esto llevó de manera natural a Summerhill. Comencé presentando una cinta de vídeo que duró aproximadamente veinticinco minutos y a la que siguió una sesión de preguntas y respuestas. Las preguntas fueron serias e hicieron reflexionar, mostrando un profundo entendimiento de la dinámica de la escuela y los problemas a los que tiene que hacer frente en una sociedad que no ha comenzado a pensar en esos términos. “¿Qué contacto tiene la escuela con los padres?” “¿Cómo responden los maestros ante los ‘niños libres’? ¿Cuál es su reacción?” “¿Cómo tratan los adultos de Summerhill el problema de la transferencia?” “¿Por qué tan pocos ex alumnos de Summerhill llevan a sus hijos a Summerhill?” “¿A la sociedad le asustan los alumnos de Summerhill?” “¿Los niños echan de menos una vida en su hogar cuando son enviados a Summerhill?” “¿Qué poder tiene la asamblea de Summerhill sobre la vida sexual de los alumnos?” “¿Cómo se considera a Reich en Summerhill en estos días?”

Respondí a todas las preguntas lo mejor que pude, aludiendo a incidentes específicos para ilustrar mis observaciones. En un momento posterior del congreso, uno de los orgonomistas médicos expresaría muy sucintamente mis propios sentimientos mientras exponía. Cuando alguien le pedía que describiera una sesión típica de la terapia orgónica se disculpaba diciendo que no se trataba simplemente de un procedimiento mecánico sino que el método a seguir surgía del contacto entre el terapeuta y el cliente. Así sucede con los niños: no hay ningún procedimiento, ninguna “respuesta correcta” a los que recurrir. El método a seguir surge, y solo puede surgir, de la calidad del contacto entre el niño y la sociedad en la que vive.

Hubo dos eventos más en los que participé: un taller sobre “Orgonomía, Educación y Sociedad” y la discusión de cierre sobre “La Prevención de las Biopatías Médicas y Sociales”. Que Summerhill no es simplemente un experimento “aislado” sino que tiene un lugar en un movimiento del pensamiento y un desarrollo mucho más amplio, el significado del cual todavía no se ha determinado, quedó perfectamente claro. Tanto los participantes como el público se mostraron calurosos y entusiastas en su respuesta a la escuela y muchos expresaron su felicidad por que la escuela siguiera existiendo. Muchos de los padres y pedagogos que asistieron al congreso ven Summerhill como un faro en un mundo que todavía no entiende a sus niños ni la función de la infancia, un entendimiento que la humanidad no ha simplemente fracasado en comprender sino que ha eludido sistemáticamente en su incesante intento de moldear a los niños según su propia imagen acorazada.

Mientras el avión se elevaba alto sobre la costa de Francia, atravesando las nubes y llevándome de vuelta a mi casa, me sentí lleno de la inmensidad de temas tratados en los últimos días. Muchas de las cosas discutidas no fueron fáciles de digerir y otras tocaron puntos de profunda tristeza y rabia personal. Ciertamente, la orgonomía no era una opción fácil, pero nunca he encontrado las opciones fáciles particularmente satisfactorias. No había sabido qué esperar cuando viajaba al congreso y había estado preparado para la decepción. Sin embargo, me había encontrado con apertura y receptividad hacia mi propio sentir de las cosas, con una profundidad de empatía que pocas veces había experimentado antes. Se habían hecho nuevos amigos, creado nuevos lazos y puestos en movimiento nuevos retos. Mientras volvía a Summerhill, fragmentos de perspectivas de vida que la escuela hace posible parpadaron en mi mente; los altibajos, los conflictos y el contacto; abierto, expresado, creciente y solucionador. El congreso orgonómico había explorado estos procesos en todos los aspectos de la vida, situándolos en el contexto de una energía vital que funcionaba. Yo trabajo en Summerhill porque amo la vida. De niño sentía que la vida estaba siendo asfixiada en mí por fuerzas que no podía entender. Mi vida hasta el momento se ha centrado en un intento de entender esas fuerzas y moverme hacia su comprensión. Hasta ahora, la expresión más completa de ese deseo la he encontrado en la orgonomía.

BIBLIOGRAFÍA

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Texto: Matthew Appleton
es terapeuta reichiano y sacrocraneal. Trabajó en Summerhill school entre 1980 y 1990. Escribió: "A FREE RANGE CHILDHOOD SELFT REGULATION AT SUMMERHILL SCHOOL"
Traducción: Hanne Norenberg